La vista que tuve desde el edificio donde me hospedé fue sin lugar a dudas lo primero de lo que me enamore, quede hechizada al instante, podía ver el teatro Colón, el Obelisco y muchas otras construcciones increíbles, los amaneceres y atardeceres de colores rojizos eran realmente asombrosos. La arquitectura logró cautivarme de manera especial, me sentía como en una película antigua, de esas en las que la ciudad tiene un encanto bohemio que vuelve todo muy romántico, el tango, los restaurantes y cafés al aire libre me trasladaron de inmediato a libros que leí y fue inevitable no recorrer las calles con emoción en el rostro.
Buenos Aires se transforma de noche, se llena de color con una onda muy retro, gracias a los avisos de neón que están en todas partes, el lugar se inunda de un carisma profundo y una seducción innata. No hay prisa de nada, esta ciudad parece no dormir, puedes comenzar con una cena tranquila en un buen restaurante Porteño y si quieres más diversión, Palermo podría ser una muy buena opción, allí se encuentran parte los mejores bares y boliches. Artística y culturalmente, la ciudad genera un gran interés, la cantidad de actividades que se ofrecen es de los mayores atractivos, la oferta es amplia, desde asistir a clases de dibujo, tango o cine a la luz de la luna, hasta exposiciones de artistas tan importantes como Pablo Picasso. En fin, Buenos aires es una ciudad espectacular, estudiar y vivir, aunque sea una temporada corta allí, es una de las experiencias más bonitas que he podido tener.
Si van a Buenos Aires les recomiendo: Un buen paseo por puerto madero, el mercado de pulgas, la plaza de San Telmo, visitar las librerías de la calle corrientes, comprar un prisma para la luz del alma en el barrio chino, pasar un domingo de fiesta en Palermo, si o si, visitar el cementerio y el centro cultural recoleta, visitar la librería Ateneo Grand Splendid, una de las más lindas del mundo y comer por supuesto un buen asado Argentino. ¡ah! y se me olvidaba, tigre y la república de los niños no están propiamente en la ciudad, pero sí muy cerca y vale la pena ir.
Buenos Aires se transforma de noche, se llena de color con una onda muy retro, gracias a los avisos de neón que están en todas partes, el lugar se inunda de un carisma profundo y una seducción innata. No hay prisa de nada, esta ciudad parece no dormir, puedes comenzar con una cena tranquila en un buen restaurante Porteño y si quieres más diversión, Palermo podría ser una muy buena opción, allí se encuentran parte los mejores bares y boliches. Artística y culturalmente, la ciudad genera un gran interés, la cantidad de actividades que se ofrecen es de los mayores atractivos, la oferta es amplia, desde asistir a clases de dibujo, tango o cine a la luz de la luna, hasta exposiciones de artistas tan importantes como Pablo Picasso. En fin, Buenos aires es una ciudad espectacular, estudiar y vivir, aunque sea una temporada corta allí, es una de las experiencias más bonitas que he podido tener.
Si van a Buenos Aires les recomiendo: Un buen paseo por puerto madero, el mercado de pulgas, la plaza de San Telmo, visitar las librerías de la calle corrientes, comprar un prisma para la luz del alma en el barrio chino, pasar un domingo de fiesta en Palermo, si o si, visitar el cementerio y el centro cultural recoleta, visitar la librería Ateneo Grand Splendid, una de las más lindas del mundo y comer por supuesto un buen asado Argentino. ¡ah! y se me olvidaba, tigre y la república de los niños no están propiamente en la ciudad, pero sí muy cerca y vale la pena ir.
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